Queridos lectores!
No solamente pude observar durante muchas horas al chorlito dorado americano, sino también a sus parientes árcticos, los chorlitos grises, quienes se mostraron sorprendentemente confiados. Disfruté a lo lindo de estar al ladito de cientos de limícolas y supe que estos momentos tan inolvidables no se repiten muy a menudo.
Este chorlito gris - aún luciendo sus mejores galas de verano - no le puso ninguna atención a su pariente americano:
Hambriento después ...
... de su largo viaje desde tierras tan lejanas ...
... en el norte de Europa ...
... su única inquietud era de reponer ...
... reservas cuanto antes:
"Como haré, para sacar estas lombrices largas que aquí encuentran todos mis colegas?"
"Voy a intentar mi suerte aquí!":
Pero el sitio no pareció ser el más idóneo y ...
... nuestro chorlito gris tan hambriento cambió de lugar:
Y efectivamente, allí encontró algo para comer, pero se vio enseguida acosado por una lista gaviota reidora:
Por fin! Nuestro amigo ha encontrado una larga lombriz y se la traga en menos de un segundo!
Saludos cordiales
Birgit Kremer